martes, 8 de febrero de 2011

Apaguen los móviles

Tuve mi primer móvil con 16 años. Ya sé que para los adolescentes de hoy en día eso es algo impensable. Es decir, el hecho de vivir 10 años sin estar siempre contectada al MUNDO. Bueno, pero desde entonces este pequeño dispositivo me mata. ¡Literalmente!
Hace unos días hice un experimento: apagué el móvil toda la tarde para ver qué pasaba. No lo hice para descansar o para que no me agobien, si no para vivir tranquila. Sin necesidad de esperar que me llamen para un trabajo, que me llamen para salir, que me llame el que dice "luego te llamo" (cómo odio esa frase). Y no estar tentada siempre a llamar, que eso es otra. Ayer también activé el servicio de notificación de cuando se me agotan los minutos gratis...para no seguir hablando y hablando...Y por unas horas fui libre, relajada y a gusto con mi vida, sin pensar y mirar el móvil cada tres minutos.

jueves, 27 de enero de 2011

"I have failed on an epic scale"-Gracias, JK Rowling



Sí, lo digo una vez más, gracias, JK Rowling. Mis agradecimientos van hacia ti aunque no nos hemos conocido nunca. Aunque tu eres una escritora super conocida y yo una mera aprendiz del oficio. Tus palabras pronunciadas delante de una selecta audiencia de profesores, padres y estudiantes de Harvard siguen siendo el discurso que siempre escucho para remontarme. Forma parte de la terapia supervivencia que me he construido. En los momentos en los que nadie sabe que decirte para hacerte sentir mejor, pongo tu discurso en Youtube y lo entiendo todo...Y a veces es difícil admitirlo, pero nos equivocamos, fracasamos, decepcionamos y estamos tan solos que hasta el eco de nuestros pensamientos nos puede hacer daño. Pero como tú bien lo dices todo eso es parte de un proceso, de un largo camino que no siempre empieza como una fairy tale. Viendo el sentido del humor que tienes, la fuerza y la confianza con la que hablas sobre esos momentos amargos de tu vida cuando habías "fracasado a un nivel monumental", me emociono y me digo a mí misma que esto de la vida no hay que tomárselo tan en serio, que es un viaje y que al final vivo una historia de éxito, como le decía a mi maravilloso amigo A.

P.D: Estar entre trabajos (es un diminutivo para otra palabra que no puedo escribir) siempre deprima, e ir a la Oficina de Empleo aún más. Pero tengo una esperanza: la señora que tan amablemente me asesora en encontrar un camino para salir de la "miseria" me ha dicho que con lo guapa y joven que soy seguro encuentro algo dentro de poco. ¡Qué bien! Menos mal que me quedan la juventud y la belleza porque todos los dimplomas y los años que he currado no me van a servir de mucho. Así que, por favor, si conocéis puestos de trabajo donde estos dos requisitos sean fundamentales, enviádme un e-mail.

martes, 25 de enero de 2011

Todas las historias...

tienen un principio, igual este blog. La idea fue de Bea, una compi de la revista quien me dijo que debería escribir un blog lleno de todas las maldades que suelto con o sin intención. "Venga, la gente se divierte leyendo estas cosas", me dijo para animarme cuando vio mi mirada poco halagada con su propuesta. Pero si no soy tan mala, ni tan brillante en mi crueldad. Soy sólo una chica imperfecta que no tiene ningún problema en admitirlo. Y así, me di cuenta que podría escribir sobre las imperfecciones de mi personalidad, de mi vida, de mis acciones, pasiones, amores...uf, sobre todo lo que hago y que es siempre al revés...
"Pero que no sea dramático, vale, que a nadie le gusta leer historias tristes", me advirtió mi amigo El Divino.
Eso sí que va a ser un poco complicado dada mi peculiar inclinación a dramatizar todo lo que me pasa para luego reírme/enfadarme/avergonzarme de mis propias reacciones. Es que a veces parece que vivo en una peli donde hago a la vez de protagonista y de director. Ya sé que eso, en lenguaje especializado, se llama esquizofrenia...
Pero como ir a ver a un psicólogo no está al alcance de mi cuenta bancaria en este momento, mejor escribo lo que le podría contar porque es gratis y al final nadie se va a enterar, o sí?